jueves, 21 de mayo de 2020


AMIGOS DE ARTIA DEFIENDEN SUS TILOS

La Plataforma Artiako Lagunak-Amigos de Artia, apoyada por un gran número de Organizaciones, y trabajando de forma colectiva, solidaria y organizada, ha presentado escrito de queja al Ararteko (Defensoría del Pueblo del País Vasco) por la tala programada en dos fases de una alineación de árboles entre la calles Juan Thalamas Labandibar (carretera provincial GI-636) y las calles Darío de Regoyos del municipio de Irún. La primera fase aprobada para el 2020 supondrá la tala de 51 árboles (45 tilos, dos falsas acacias, 3 arces y un prunus) y, todo indica, que la segunda fase se realizará para 2021 con la tala de los 51 tilos restantes.

La alineación de árboles discurre a lo largo de 1.056 metros de la margen de Irún del Bidasoa, entre la Isla de los Faisanes y la Isla de Santiagoaurra, formando parte del ecosistema de su desembocadura, siendo el único arbolado existente en la margen izquierda del estuario.

La decisión municipal de talar los árboles ignora un hecho fundamental: la localización de la alineación de tilos a escasos metros, prácticamente en su mismo límite, de un enclave estratégico para la avifauna, tanto residente, como, y sobre todo, migratoria, incluido en la Red Natura 2000 bajo las figuras de Zona Especial de Protección de Aves desde 2000, LIC-Lugar de Importancia Comunitaria de la región biogeográfica atlántica desde 2004, Zona de Especial Conservación desde 2013, declarado Humedal de importancia internacional según el Convenio Ramsar en 2002 y clasificada como IBA 037 dentro de la lista de Áreas Importantes para la Conservación de las Aves y la Biodiversidad en España. Es el único espacio con ese nivel de protección en Guipúzcoa.

Igualmente importantes son los efectos beneficiosos que produce esta alineación de árboles por su capacidad de absorción y eliminación de contaminantes del aire, retención de micro-partículas, almacenamiento y secuestro de carbono y pantalla acústica vegetal, dado la elevada densidad de tráfico de la carretera GI-636 a su paso por el Barrio de Artía, con una trama urbana constituida por grandes bloques de viviendas, de los cuales algunos superan los 40 metros de altura.

La alineación de tilos renaturaliza y hace algo más amable un espacio tan duro de asfalto y hormigón como el conformado por las citadas carretera y calle. El valor de estos árboles está integrado por su función climática, ecológica, paisajística, social e histórica en el Barrio de Artía. En definitiva, estos árboles mejoran la salud ambiental del entorno y, en consecuencia, la propia salud física y mental, la calidad de vida y el bienestar de los residentes y usuarios del barrio en particular, pero en general de la ciudad de Irún.

La Plataforma también ha iniciado la Campaña “Adopta un Tilo”, que ha conseguido, en tiempo record, la adopción de 47 tilos que el Ayuntamiento planea talar en la primera fase. 

En la relación de asociaciones podemos encontrar a SEO-Birdlife Donostia, la Asociación Naturalista Haritzalde, la Confederación Ecologistas en Acción, Eguzki Oarsoaldea, Recycl'Arte de Hendaya, Red Ciudadana de Sevilla, la Fundación Tagus de Talavera de la Reina (Toledo), la ONG A.D.D.A., la Fundación Luis Vallet de Alicante, y a nivel internacional la Red Árbol Urbano de Chile, la Asociación Protectora del Árbol Urbano de Colombia ProArbol, European Trees UK, Trees from Windows y el conocido activista británico en defensa de los árboles Rob McBride. Miles de personas tienen puestos sus ojos en los Tilos de Artía.



Con cada adopción ha enviado un correo electrónico al Alcalde y a los Concejales. Ninguno ha respondido.

Artiako Lagunak-Amigos de Artía ha ampliado la Campaña “Adopta un Tilo” a los restantes 55 árboles de la alineación. Para adoptar os podéis poner en contacto por e-mail (artiakozuhaitzlagunak@gmail.com) o twitter (@artiakolagunak).


Estos Árboles, guardianes de Artia, hijos del Bidasoa y que forman parte de su Patrimonio Verde y Natural, deben continuar creciendo donde están para que las próximas generaciones puedan seguir disfrutando de ellos y de sus beneficios, iconos de su memoria e historia, del mapa de sus sentimientos y afectos, como ya lo han sido para dos generaciones que han crecido y vivido a su lado y en su compañía.

Todo nuestro apoyo y solidaridad con @artiakolagunak, por las sinergias y Alianza desarrolladas en defensa de los Tilos y del Patrimonio Verde y Natural de la desembocadura del Bidasoa.



miércoles, 13 de mayo de 2020

CONSIDERACIONES ACERCA DEL
JARDIN AMERICANO
Sevilla, 11.05.2020, Benito Valdés Castrillón

Dr. Benito Valdés, Catedrático Emérito de Botánica U.S.
En septiembre de 1985, la Oficina del Comisario para la Exposición Universal de Sevilla de 1992 firmó un convenio con la Universidad de Sevilla, de hecho, el primero que firmó dicha Oficina, en virtud del cual se me nombraba Asesor para Reforestación de la Oficina del Comisario, con el encargo de formar en mi Departamento un Equipo Asesor, que se comprometiera a proponer un Plan que garantizase la cobertura vegetal apropiada para el área de la Exposición.

Entre septiembre de 1985 y diciembre de 1991, el Equipo, conmigo como responsable, realizó numerosos estudios y proyectos, y elaboró numerosos informes, interviniendo en todo lo que tenía que ver con la cobertura vegetal de la Exposición.
El proceso, como todos los de esta índole, consta de tres fases:
1. Generación de ideas y planes para desarrollarlas.
2. Proyectos arquitectónicos y de jardinería a llevar a cabo en cada espacio.
3. Ejecución de los proyectos, tanto arquitectónicos como de plantación.
El Equipo Asesor del que fui responsable, propuso, ya en 1985, un plan, que se fue adaptando tal como iban cambiando los planes urbanísticos del área de la Exposición, aun no decidido por esas fechas, que titulé “Plan de Reforestación del Polígono de la Cartuja”. No Forestación como utilizan algunos. Porque se indicaba así que se volvía a dotar de cobertura vegetal a un área que había sido desprovista de sus bosques y matorrales a partir de la edad del Bronce, para convertirla, como el resto del valle del Guadalquivir, en extensas y ricas áreas de cultivo.
El Plan de Reforestación incluía un tratamiento vegetal para las distintas zonas del área de la Isla de la Cartuja donde se iba a desarrollar la exposición, las previsiones de los materiales vegetales que debían ser utilizados y su disponibilidad en los viveros, y el seguimiento de todas las actuaciones relacionadas con las plantas en el área de la Exposición.


Respondía a la primera preocupación de la Oficina del Comisario: que cuando se celebrara la Exposición, el área en la que iba a tener lugar tuviera una cobertura vegetal y un tratamiento climático adecuados, para mitigar las altas temperaturas y la intensa insolación estival de Sevilla.
Por eso, en diciembre de 1985 se empezó a construir, en San Jerónimo, el primero de los cuatro viveros de acopio de materiales de que dispuso Expo-92, en el que ya en marzo de 1986 se empezaron a plantar los primeros lotes de árboles, del extenso listado incluido en el Plan de Reforestación.
El seguimiento del Programa, control de viveros, etc. durante siete años generaron una copiosa documentación, como las memorias que cada año se enviaban a la Oficina del Comisario para la Exposición, en las que se indicaban, de una manera resumida, las actividades desarrolladas a lo largo del año por el Equipo Asesor, que incluían copias de algunos informes y algunas cartas.
Podría informar sobre el Plan de Reforestación, las propuestas para las áreas ajardinadas de la Exposición, para el N de la Isla de la Cartuja, el muro de contención de la Corta, las márgenes del río, propuesta para las trepadoras, etc. Pero no viene al caso.
Me referiré solamente, brevemente, al Jardín Americano.

JARDIN AMERICANO

Jardín Americano
Sobre el Jardín Americano mi compromiso fue directo y de mí, como Asesor para Reforestación de la Oficina del Comisario, surgió la idea, y de mí y del Equipo Asesor fue la responsabilidad de su planteamiento y desarrollo. Yo no planté ningún árbol, ni mantuve el Jardín; es asunto que compete a las empresas de jardinería y a los jardineros.
El Jardín Americano tiene su origen en 1987, con la idea de D. Manuel Olivencia, por entonces Comisario para la Exposición Universal, de solicitar a los países americanos plantas con destino a la Exposición. D. Manuel contactó con todas las embajadas solicitando la aportación de cada país. Yo llevé personalmente las relaciones y peticiones concretas de cada país, fundamentalmente por vía telefónica (aunque a veces utilizando las valijas diplomáticas) desde el despacho de D. Rafael López Palanco en la Oficina del Comisario.

Se puso así en marcha el “Programa Raíces”, que permitió la llegada a Sevilla de 1922 plantas pertenecientes a 634 especies, de las que 432 se plantaron en el Jardín Americano. Su planificación y desarrollo se dio a conocer en el Documento n. 8 de la Oficina del Comisario, publicado en 1990, del que fueron autores junto conmigo dos miembros del Equipo Asesor: D. Mariano Martin Cacao y doña Zoila Díaz Lifante.          
Se pensó primero que las plantas que se recibiesen irían destinadas a las zonas en las que cada país iba a construir su pabellón. Pero ante la interesantísima aportación que se empezó a recibir en 1987, se consideró preferible la formación de un jardín propio.
Yo mismo elaboré en 1987 unas “Ideas para formar un Jardín Americano en el recinto de la antigua Cartuja”, que no contó con la aprobación del Consejero de Cultura.
Pero quedó acuñado el nombre. A lo largo de 1988 llegaron a Sevilla plantas enviadas por 16 países.
22.12.1988.
Como Asesor para Reforestación me dirijo a la Oficina del Comisario proponiéndole la construcción de un umbráculo-invernadero y unos jardines exteriores, entre la pasarela peatonal y las esclusas, donde se pudieran reunir las plantas americanas. Es allí donde finalmente se construyó el Jardín.


09.05.1989.
Como responsable del Equipo Asesor, dirijo una propuesta a la Oficina del comisario para la creación de un Jardín Americano. Se insiste en la localización.
08.06.1989.
Se reúnen por la mañana el Asesor para Reforestación (Benito Valdés), el Director del Gabinete técnico de Expo-92 (D. Manuel Pérez), la Directora del Departamento de Pabellones de la División Cultural de Expo-92 (doña Carmen Bueno), doña Paloma Cabañas, arquitecta del dicho Departamento, y doña Paloma Cabañas.
Y por la tarde, el Asesor para Reforestación (Benito Valdés), D. Gines Aparicio (Director de la División de Proyectos y Construcciones), D. Javier Garrido, D. Richard Blagborne, doña Carmen Bueno y doña Margarita Arencibia.
Entre las dos reuniones, se decide que se construya el jardín, con extensión superior a 9.000 metros cuadrados, y que Richard Blagborne, como arquitecto, realice un proyecto de planificación del área donde se va a construir el Jardín Americano, juntamente con el Puerto de Indias (proyecto que estaba realizando D. Ángel Cañizares), las esclusas, el Auditorio y el Paseo de los Descubrimientos, que discurre a lo largo del recinto del Monasterio de la Cartuja, que estaba diseñando D. Juan Serrano.
Se me encarga, como Asesor para Reforestación, intervenir directamente con el arquitecto, preparar una selección de especies americanas con destino al Jardín para añadir a las recibidas por el Programa Raíces, y planificar las plantaciones.
El Departamento de Pabellones queda encargado de dar contenidos al conjunto y coordinar actuaciones, en particular con el ICONA, que iba a construir un pabellón contiguo al Jardín.
Y se establece un calendario de actuaciones.
20.06.1989.
En una reunión celebrada entre doña Carmen Bueno, doña Paloma Cabañas, doña Concha Hernández y yo, se define el contenido del Jardín Americano y las partes en las que debería ser dividido. Se establecen las fases del proyecto.
31.07.1989.
El arquitecto Richard Blagborne y el paisajista T. Schnadelbach presentan a la División de Obras un anteproyecto, recomendando que el Jardín Americano se extendiese hasta ponerse en contacto con el muro de La Cartuja y con el “Parque y Jardines del Guadalquivir”, proyectado por el arquitecto D. Jorge Subirana y la paisajista doña Silvia Decorde, con mi asesoramiento para el “Bosque en Galería”. Propone además Blagborne la prolongación del canal de navegación más allá de la ciaboga para formar hasta el río una cascada escalonada transitable.
La División de Obras dio su aprobación y encargó a D. José Seguí la realización del proyecto del Jardín Americano, que entregó este arquitecto el 5 de octubre.


31.12.1989.
El Asesor para Reforestación (Benito Valdés) envía a la Sociedad Estatal un detallado estudio de los contenidos del Jardín elaborado por el Equipo Asesor.
1990.
El Asesor para Reforestación continua a lo largo del año las gestiones con los países americanos, para que se incrementarse la aportación de especies, y contacta con los directores de los jardines botánicos de Coimbra, Tafira Alta, Florencia, Padua, Pisa, Ginebra y Berlín, solicitando determinadas especies americanas con destino al Jardín.
25.01.1990.
Se reúnen doña Margarita Arencibia, D. Mariano Martín Cacao, D. Jesús de Vicente y el Asesor para Reforestación (Benito Valdés), para definir las características de los sustratos, tratamiento de suelo, riegos, etc. y se urge la elaboración de un preciso sistema de drenaje para garantizar el desarrollo adecuado de los árboles.


07.03.1990.
El Asesor para Reforestación y D. Mariano Martín Cacao elaboran un proyecto de plantación de los muros de jardineras.
13.03.1990.
El Asesor para Reforestación envía a D. Javier Rueda indicaciones sobre las características del agua a utilizar.
13.03.1990.
En nombre del Equipo Asesor, su responsable (Benito Valdés) envía a la Oficina de Comisario una memoria sobre el contenido del umbráculo-invernadero que aún no se había construido.
27.07.1990.
Ante la decisión de la División de Proyectos y Construcciones de la Sociedad Estatal de extender el Jardín Americano hacia el sur, más allá de la pasarela peatonal, el Asesor para Reforestación (Benito Valdés) envía una propuesta de plantación para la nueva área, con un trazado de senderos irregular, similar al que conjuntamente con el arquitecto D. Luis Gómez Stern estaba elaborando para el umbráculo-invernadero y áreas adyacentes.
30.07.1990.
El arquitecto D. Luis Gómez Stern entrega su plano base para el umbráculo-invernadero y áreas adyacentes, con un sistema de caminos irregulares que el propio Asesor para Reforestación había trazado en los planos, con la conformidad del arquitecto.
31.08.1990.
En nombre del Equipo, el Asesor para Reforestación (Benito Valdés) eleva a la Oficina del Comisario las propuestas para la elaboración del proyecto de plantación.
Se envió separadamente relación de especies y su disposición en cada parte del Jardín.
03.09.1990.
En nombre del Equipo, el Asesor para Reforestación envía a la Oficina del Comisario una propuesta de plantación y trazado de los senderos correspondientes, para la zona del Jardín situada bajo la pasarela peatonal.
04-06.10.1990.
El Asesor para Reforestación Benito Valdés y el Director de Plantaciones, D. Alberto García Camarasa, visitan los viveros Manuel Díaz Farm de Miami (Florida) para concretar un pedido de plantas para Expo-92, parte de las cuales iban destinadas al Jardín Americano; por ejemplo, los falsos cocoteros que ornamentan parte del Jardín.
En resumen, septiembre de 1990, se habían proporcionado ya a la Sociedad Estatal la estructura del Jardín, red de senderos y tratamiento vegetal de cada una de las partes que lo componen, desde el auditorio hasta el Puerto de Indias.
Y este es el proyecto que se siguió.
En 1990 se contrata la plantación, mantenimiento y conservación del Jardín Americano. El Asesor para Reforestación no interviene en esta operación, ni tenía por qué intervenir. Era cometido del Director de Plantaciones y de la Dirección General de Proyectos y Construcciones. Es aquí donde interviene D. Ricardo Librero, con un replanteo de un proyecto ya hecho y completo, y con su intervención en las fases de plantación.
En enero de 1991 comienzan las plantaciones en los jardines exteriores, cuando todavía no se había terminado la construcción del Umbráculo-invernadero. Pero las plantaciones no se desarrollaron al principio satisfactoriamente, lo que motivó el envío de una carta de alarma del Asesor para Reforestación al Director de Proyectos y Construcciones.


29.05.1991.
El Asesor para Reforestación (Benito Valdés) envía una carta a D. Ginés Aparicio, Director de Proyectos y Construcciones, comunicándole los defectos observados en la marcha de las plantaciones, y su preocupación por el retraso con que se estaban desarrollando. Comienza la carta: “Querido Ginés. Te comunico una serie de defectos que aprecio en la marcha de las plantaciones del Jardín Americano, con el ruego de que las hagas llegar a los que tengan que mejorarlas. Supongo que fundamentalmente a Dalmau”. Y termina: “En fin, siento que esta nota sea demasiado larga y que añada algún problema a tus preocupaciones, pero es que no comprendo cómo puede llevar tanto tiempo plantar un jardín tan pequeño, a menos que la empresa no disponga del personal adecuado o no tenga interés. Un abrazo, B. Valdés”.
Se resaltan las deficiencias en el riego, de la colocación de las lajas en los caminos del umbráculo-invernadero, el que en los jardines exteriores se estuviera plantando la mitad de los ejemplares a ellos destinados, el retraso en las plantaciones de la colina del auditorio y de la formación de los jardines acuáticos, etc.
Se aproximaba el verano, y por tanto el peligro de realizar parte de las plantaciones en la época menos apropiada.


07.06.1991.
El Asesor para Reforestación, en nombre del Equipo, envía a la Sociedad Estatal la propuesta de especies a utilizar para la formación de un Jardín de Plantas Agrícolas, como parte del Jardín Americano, para ocupar el espacio comprendido entre la Avenida de los Descubrimientos y el muro de la Cartuja. Se adjuntaba un plano de disposición de las parcelas a ocupar por cada especie y del sistema de riego por atajeas con sus tajaderas. Y así se realizó.
05.09.1991.
Llega a Sevilla un envío de plantas del país que todavía no había contribuido al Programa Raíces: Honduras, incluyendo dos magníficas colecciones de Bromeliáceas y Orquidáceas, que D. Mariano Martín Cacao plantó personalmente en el invernadero del Jardín.
11.1991
A lo largo del mes, el Equipo Asesor preparó los textos de las etiquetas para rotular las primeras 289 especies del Jardín Americano. Siguieron más tarde las restantes.
Esta es, muy resumidamente la génesis y realización del proyecto del Jardín Americano. Evidentemente, cuando la Empresa Pública del Suelo de Andalucía (EPSA) preparó el libro “Parques y Jardines de la Isla de la Cartuja”, publicado en 1992, fue a mí a quien se pidió que contribuyera con los capítulos sobre el “Jardín Americano” y sobre el “Bosque en Galería”, a D. Jorge Subirana con el correspondiente a los “Jardines del Guadalquivir”, etc.
Cuando en 2007 la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir decidió incluir el Jardín Americano y el Parque y Jardines del Guadalquivir en su plan de restauración de las riberas del río, tanto la Confederación como el Ayuntamiento de Sevilla aconsejaron que se contratase con la Cátedra que yo ocupaba en la Universidad de Sevilla, los trabajos de restauración de ambas áreas, que cayeron de nuevo bajo mi responsabilidad.