CONSIDERACIONES ACERCA DEL
JARDIN AMERICANO
Sevilla, 11.05.2020, Benito Valdés Castrillón
Dr. Benito Valdés, Catedrático Emérito de Botánica U.S. |
En septiembre de 1985, la Oficina del
Comisario para la Exposición Universal de Sevilla de 1992 firmó un convenio con
la Universidad de Sevilla, de hecho, el primero que firmó dicha Oficina, en
virtud del cual se me nombraba Asesor para Reforestación de la Oficina del
Comisario, con el encargo de formar en mi Departamento un Equipo Asesor, que se
comprometiera a proponer un Plan que garantizase la cobertura vegetal apropiada
para el área de la Exposición.
Entre septiembre de 1985 y diciembre de
1991, el Equipo, conmigo como responsable, realizó numerosos estudios y
proyectos, y elaboró numerosos informes, interviniendo en todo lo que tenía que
ver con la cobertura vegetal de la Exposición.
El proceso, como todos los de esta
índole, consta de tres fases:
1. Generación
de ideas y planes para desarrollarlas.
2. Proyectos
arquitectónicos y de jardinería a llevar a cabo en cada espacio.
3. Ejecución
de los proyectos, tanto arquitectónicos como de plantación.
El Equipo Asesor del que fui
responsable, propuso, ya en 1985, un plan, que se fue adaptando tal como iban
cambiando los planes urbanísticos del área de la Exposición, aun no decidido
por esas fechas, que titulé “Plan de
Reforestación del Polígono de la Cartuja”. No Forestación como utilizan
algunos. Porque se indicaba así que se volvía a dotar de cobertura vegetal a un
área que había sido desprovista de sus bosques y matorrales a partir de la edad
del Bronce, para convertirla, como el resto del valle del Guadalquivir, en
extensas y ricas áreas de cultivo.
El Plan de Reforestación incluía un
tratamiento vegetal para las distintas zonas del área de la Isla de la Cartuja
donde se iba a desarrollar la exposición, las previsiones de los materiales
vegetales que debían ser utilizados y su disponibilidad en los viveros, y el
seguimiento de todas las actuaciones relacionadas con las plantas en el área de
la Exposición.
Respondía a la primera preocupación de
la Oficina del Comisario: que cuando se celebrara la Exposición, el área en la
que iba a tener lugar tuviera una cobertura vegetal y un tratamiento climático
adecuados, para mitigar las altas temperaturas y la intensa insolación estival
de Sevilla.
Por eso, en diciembre de 1985 se empezó
a construir, en San Jerónimo, el primero de los cuatro viveros de acopio de
materiales de que dispuso Expo-92, en el que ya en marzo de 1986 se empezaron a
plantar los primeros lotes de árboles, del extenso listado incluido en el Plan
de Reforestación.
El seguimiento del Programa, control de
viveros, etc. durante siete años generaron una copiosa documentación, como las
memorias que cada año se enviaban a la Oficina del Comisario para la
Exposición, en las que se indicaban, de una manera resumida, las actividades
desarrolladas a lo largo del año por el Equipo Asesor, que incluían copias de
algunos informes y algunas cartas.
Podría informar sobre el Plan de
Reforestación, las propuestas para las áreas ajardinadas de la Exposición, para
el N de la Isla de la Cartuja, el muro de contención de la Corta, las márgenes
del río, propuesta para las trepadoras, etc. Pero no viene al caso.
Me referiré solamente, brevemente, al
Jardín Americano.
JARDIN AMERICANO
Jardín Americano |
Sobre el Jardín Americano mi compromiso
fue directo y de mí, como Asesor para Reforestación de la Oficina del Comisario,
surgió la idea, y de mí y del Equipo Asesor fue la responsabilidad de su
planteamiento y desarrollo. Yo no planté ningún árbol, ni mantuve el Jardín; es
asunto que compete a las empresas de jardinería y a los jardineros.
El Jardín Americano tiene su origen en
1987, con la idea de D. Manuel Olivencia, por entonces Comisario para la
Exposición Universal, de solicitar a los países americanos plantas con destino
a la Exposición. D. Manuel contactó con todas las embajadas solicitando la
aportación de cada país. Yo llevé personalmente las relaciones y peticiones
concretas de cada país, fundamentalmente por vía telefónica (aunque a veces
utilizando las valijas diplomáticas) desde el despacho de D. Rafael López
Palanco en la Oficina del Comisario.
Se puso así en marcha el “Programa
Raíces”, que permitió la llegada a Sevilla de 1922 plantas pertenecientes a 634
especies, de las que 432 se plantaron en el Jardín Americano. Su planificación
y desarrollo se dio a conocer en el Documento n. 8 de la Oficina del Comisario,
publicado en 1990, del que fueron autores junto conmigo dos miembros del Equipo
Asesor: D. Mariano Martin Cacao y doña Zoila Díaz Lifante.
Se pensó primero que las plantas que se
recibiesen irían destinadas a las zonas en las que cada país iba a construir su
pabellón. Pero ante la interesantísima aportación que se empezó a recibir en
1987, se consideró preferible la formación de un jardín propio.
Yo mismo elaboré en 1987 unas “Ideas
para formar un Jardín Americano en el recinto de la antigua Cartuja”, que no
contó con la aprobación del Consejero de Cultura.
Pero quedó acuñado el nombre. A lo largo
de 1988 llegaron a Sevilla plantas enviadas por 16 países.
22.12.1988.
Como Asesor para Reforestación me dirijo
a la Oficina del Comisario proponiéndole la construcción de un
umbráculo-invernadero y unos jardines exteriores, entre la pasarela peatonal y
las esclusas, donde se pudieran reunir las plantas americanas. Es allí donde
finalmente se construyó el Jardín.
09.05.1989.
Como responsable del Equipo Asesor,
dirijo una propuesta a la Oficina del comisario para la creación de un Jardín
Americano. Se insiste en la localización.
08.06.1989.
Se reúnen por la mañana el Asesor para
Reforestación (Benito Valdés), el Director del Gabinete técnico de Expo-92 (D.
Manuel Pérez), la Directora del Departamento de Pabellones de la División
Cultural de Expo-92 (doña Carmen Bueno), doña Paloma Cabañas, arquitecta del
dicho Departamento, y doña Paloma Cabañas.
Y por la tarde, el Asesor para
Reforestación (Benito Valdés), D. Gines Aparicio (Director de la División de
Proyectos y Construcciones), D. Javier Garrido, D. Richard Blagborne, doña
Carmen Bueno y doña Margarita Arencibia.
Entre las dos reuniones, se decide que
se construya el jardín, con extensión superior a 9.000 metros cuadrados, y que
Richard Blagborne, como arquitecto, realice un proyecto de planificación del
área donde se va a construir el Jardín Americano, juntamente con el Puerto de
Indias (proyecto que estaba realizando D. Ángel Cañizares), las esclusas, el Auditorio
y el Paseo de los Descubrimientos, que discurre a lo largo del recinto del
Monasterio de la Cartuja, que estaba diseñando D. Juan Serrano.
Se me encarga, como Asesor para
Reforestación, intervenir directamente con el arquitecto, preparar una selección
de especies americanas con destino al Jardín para añadir a las recibidas por el
Programa Raíces, y planificar las plantaciones.
El Departamento de Pabellones queda
encargado de dar contenidos al conjunto y coordinar actuaciones, en particular
con el ICONA, que iba a construir un pabellón contiguo al Jardín.
Y se establece un calendario de
actuaciones.
20.06.1989.
En una reunión celebrada entre doña
Carmen Bueno, doña Paloma Cabañas, doña Concha Hernández y yo, se define el
contenido del Jardín Americano y las partes en las que debería ser dividido. Se
establecen las fases del proyecto.
31.07.1989.
El arquitecto Richard Blagborne y el
paisajista T. Schnadelbach presentan a la División de Obras un anteproyecto,
recomendando que el Jardín Americano se extendiese hasta ponerse en contacto con
el muro de La Cartuja y con el “Parque y Jardines del Guadalquivir”, proyectado
por el arquitecto D. Jorge Subirana y la paisajista doña Silvia Decorde, con mi
asesoramiento para el “Bosque en Galería”. Propone además Blagborne la
prolongación del canal de navegación más allá de la ciaboga para formar hasta
el río una cascada escalonada transitable.
La División de Obras dio su aprobación y
encargó a D. José Seguí la realización del proyecto del Jardín Americano, que entregó
este arquitecto el 5 de octubre.
31.12.1989.
El Asesor para Reforestación (Benito
Valdés) envía a la Sociedad Estatal un detallado estudio de los contenidos del
Jardín elaborado por el Equipo Asesor.
1990.
El Asesor para Reforestación continua a
lo largo del año las gestiones con los países americanos, para que se
incrementarse la aportación de especies, y contacta con los directores de los
jardines botánicos de Coimbra, Tafira Alta, Florencia, Padua, Pisa, Ginebra y
Berlín, solicitando determinadas especies americanas con destino al Jardín.
25.01.1990.
Se reúnen doña Margarita Arencibia, D.
Mariano Martín Cacao, D. Jesús de Vicente y el Asesor para Reforestación (Benito
Valdés), para definir las características de los sustratos, tratamiento de
suelo, riegos, etc. y se urge la elaboración de un preciso sistema de drenaje
para garantizar el desarrollo adecuado de los árboles.
07.03.1990.
El Asesor para Reforestación y D.
Mariano Martín Cacao elaboran un proyecto de plantación de los muros de
jardineras.
13.03.1990.
El Asesor para Reforestación envía a D.
Javier Rueda indicaciones sobre las características del agua a utilizar.
13.03.1990.
En nombre del Equipo Asesor, su
responsable (Benito Valdés) envía a la Oficina de Comisario una memoria sobre
el contenido del umbráculo-invernadero que aún no se había construido.
27.07.1990.
Ante la decisión de la División de
Proyectos y Construcciones de la Sociedad Estatal de extender el Jardín Americano
hacia el sur, más allá de la pasarela peatonal, el Asesor para Reforestación (Benito
Valdés) envía una propuesta de plantación para la nueva área, con un trazado de
senderos irregular, similar al que conjuntamente con el arquitecto D. Luis
Gómez Stern estaba elaborando para el umbráculo-invernadero y áreas adyacentes.
30.07.1990.
El arquitecto D. Luis Gómez Stern
entrega su plano base para el umbráculo-invernadero y áreas adyacentes, con un
sistema de caminos irregulares que el propio Asesor para Reforestación había trazado
en los planos, con la conformidad del arquitecto.
31.08.1990.
En nombre del Equipo, el Asesor para
Reforestación (Benito Valdés) eleva a la Oficina del Comisario las propuestas
para la elaboración del proyecto de plantación.
Se envió separadamente relación de especies
y su disposición en cada parte del Jardín.
03.09.1990.
En nombre del Equipo, el Asesor para
Reforestación envía a la Oficina del Comisario una propuesta de plantación y
trazado de los senderos correspondientes, para la zona del Jardín situada bajo
la pasarela peatonal.
04-06.10.1990.
El Asesor para Reforestación Benito
Valdés y el Director de Plantaciones, D. Alberto García Camarasa, visitan los
viveros Manuel Díaz Farm de Miami (Florida) para concretar un pedido de plantas
para Expo-92, parte de las cuales iban destinadas al Jardín Americano; por
ejemplo, los falsos cocoteros que ornamentan parte del Jardín.
En resumen, septiembre de 1990, se
habían proporcionado ya a la Sociedad Estatal la estructura del Jardín, red de
senderos y tratamiento vegetal de cada una de las partes que lo componen, desde
el auditorio hasta el Puerto de Indias.
Y este es el proyecto que se siguió.
En 1990 se contrata la plantación,
mantenimiento y conservación del Jardín Americano. El Asesor para Reforestación
no interviene en esta operación, ni tenía por qué intervenir. Era cometido del
Director de Plantaciones y de la Dirección General de Proyectos y
Construcciones. Es aquí donde interviene D. Ricardo Librero, con un replanteo
de un proyecto ya hecho y completo, y con su intervención en las fases de
plantación.
En enero de 1991 comienzan las
plantaciones en los jardines exteriores, cuando todavía no se había terminado
la construcción del Umbráculo-invernadero. Pero las plantaciones no se
desarrollaron al principio satisfactoriamente, lo que motivó el envío de una
carta de alarma del Asesor para Reforestación al Director de Proyectos y
Construcciones.
29.05.1991.
El Asesor para Reforestación (Benito
Valdés) envía una carta a D. Ginés Aparicio, Director de Proyectos y Construcciones,
comunicándole los defectos observados en la marcha de las plantaciones, y su
preocupación por el retraso con que se estaban desarrollando. Comienza la
carta: “Querido Ginés. Te comunico una
serie de defectos que aprecio en la marcha de las plantaciones del Jardín
Americano, con el ruego de que las hagas llegar a los que tengan que
mejorarlas. Supongo que fundamentalmente a Dalmau”. Y termina: “En fin, siento que esta nota sea demasiado
larga y que añada algún problema a tus preocupaciones, pero es que no comprendo
cómo puede llevar tanto tiempo plantar un jardín tan pequeño, a menos que la
empresa no disponga del personal adecuado o no tenga interés. Un abrazo, B.
Valdés”.
Se resaltan las deficiencias en el
riego, de la colocación de las lajas en los caminos del umbráculo-invernadero,
el que en los jardines exteriores se estuviera plantando la mitad de los
ejemplares a ellos destinados, el retraso en las plantaciones de la colina del
auditorio y de la formación de los jardines acuáticos, etc.
Se aproximaba el verano, y por tanto el
peligro de realizar parte de las plantaciones en la época menos apropiada.
07.06.1991.
El Asesor para Reforestación, en nombre
del Equipo, envía a la Sociedad Estatal la propuesta de especies a utilizar
para la formación de un Jardín de Plantas Agrícolas, como parte del Jardín
Americano, para ocupar el espacio comprendido entre la Avenida de los
Descubrimientos y el muro de la Cartuja. Se adjuntaba un plano de disposición
de las parcelas a ocupar por cada especie y del sistema de riego por atajeas con
sus tajaderas. Y así se realizó.
05.09.1991.
Llega a Sevilla un envío de plantas del
país que todavía no había contribuido al Programa Raíces: Honduras, incluyendo
dos magníficas colecciones de Bromeliáceas y Orquidáceas, que D. Mariano Martín
Cacao plantó personalmente en el invernadero del Jardín.
11.1991
A lo largo del mes, el Equipo Asesor
preparó los textos de las etiquetas para rotular las primeras 289 especies del
Jardín Americano. Siguieron más tarde las restantes.
Esta es, muy resumidamente la génesis y
realización del proyecto del Jardín Americano. Evidentemente, cuando la Empresa
Pública del Suelo de Andalucía (EPSA) preparó el libro “Parques y Jardines de la Isla de la Cartuja”, publicado en 1992,
fue a mí a quien se pidió que contribuyera con los capítulos sobre el “Jardín
Americano” y sobre el “Bosque en Galería”, a D. Jorge Subirana con el
correspondiente a los “Jardines del Guadalquivir”, etc.
Cuando en 2007 la Confederación
Hidrográfica del Guadalquivir decidió incluir el Jardín Americano y el Parque y
Jardines del Guadalquivir en su plan de restauración de las riberas del río,
tanto la Confederación como el Ayuntamiento de Sevilla aconsejaron que se
contratase con la Cátedra que yo ocupaba en la Universidad de Sevilla, los
trabajos de restauración de ambas áreas, que cayeron de nuevo bajo mi
responsabilidad.
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